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Son alimentos muy interesantes desde el punto de vista nutritivo. Su consumo ha decrecido mucho. Se presentan, en general, como granos secos separados de las vainas donde se producen (garbanzos, lentejas, alubias o judías blancas, habas). La soja también es una legumbre de gran interés en nutrición por ser el alimento de origen vegetal con mayor contenido en proteína altamente disponible, aunque se cultiva poco en nuestro país.


Proteína de alta calidad (sólo le falta un aminoácido la metionina, que lo tienen en cantidad los cereales). - Fibra (cantidad importante 12% -galactomananos-). - Hidratos de carbono (almidón 54%). - Grasa en pequeña cantidad (AGM y AGP). - Minerales: calcio, hierro, magnesio y zinc. - Vitaminas: casi todas excepto B12 y D. B2 en pequeña cantidad. 
Frijoles, garbanzos, chícharos, alubias y lentejas enriquecen sus platillos además de ser nutritivos
Una rica fuente de proteínas envuelta en una vaina está a su disposición para disfrutar no sólo de sus beneficios nutricionales, sino de sus diversos usos como complementos o platos fuertes.
Las leguminosas son aquellas plantas cuyos frutos son en forma de vaina que guarda las semillas. Estos alimentos han sido la base de la alimentación de los humanos durante miles de años.

Tienen diversos orígenes, según sus especies, que las localizan en Mesopotamia, América Precolombina y Asia Oriental.
Los restos fósiles de semillas de trigo, cebada, lentejas y guisantes de hace 8 mil años indican que ya se encontraban domesticadas por el hombre.
Tanto los egipcios como los romanos tuvieron gran estima por el cultivo y consumo de las lentejas, cosa que no sucedió con las habas, consideradas por los egipcios como despreciables.
El guisante (arveja o chícharo) era alimento habitual en Roma, aunque tampoco muy apreciado. Fue en el Siglo xvii cuando se popularizó su consumo en verde.
El elevado contenido proteico en el grano de algunas especies de leguminosas convierte a esta familia en la principal fuente de proteína vegetal para la mayor parte de herbívoros y omnívoros, y entre estos últimos, para el hombre.
Estas leguminosas pueden comerse tiernas, secas, cocidas o fritas, aunque es más común encontrarlas en el mercado secas.
“La versatilidad de este fruto, además del poco cuidado de su cultivo, hace que sea un alimento al alcance de muchos, pues se puede sembrar en climas diversos”, indica el chef Rodolfo Reyes del restaurante Los Cocineros y Popino Catering de Monterrey.
“Son energéticas y por su aporte nutricional las consumen mucho las personas que hacen deporte de alto rendimiento, además de ser llenadoras”, agrega el cocinero.