El 64% de los brotes de toxi-infección alimentaria en
nuestro país se producen en el interior del núcleo familiar. Así lo
confirmó un estudio dirigido a examinar la presencia de gérmenes en los
hogares argentinos y su incidencia en la salud, presentado en el último
congreso de pediatría por el infectólogo Daniel Stamboulian y su equipo
de especialistas.
Por toxi-infección alimentaria se entiende una serie de enfermedades
agudas producidas por la ingesta de alimentos contaminados por la
presencia de agentes biológicos, como bacterias, virus o parásitos, o
por la existencia residual de sus toxinas.
En el transcurso de las investigaciones que dieron como resultado dicho
estudio se determinó la presencia de niveles alarmantes de estos agentes
contaminantes en varios casos dentro de la diversidad de hogares
examinados. Las cifras indicadoras de la presencia de enterobacterias
como la escherichia coli ó 157 H7, causante del síndrome urémico
hemolítico, primera causa de insuficiencia renal aguda en los niños, y
de salmonela, causante de la enterocolitis, fueron en algunos casos
mayores al 10% y al 14%, por citar dos muestras preocupantes.
Dentro del hogar, la cocina y el baño serían los ambientes más propensos
para la propagación de la contaminación microbiana. Según los
especialistas, un 52% de las cocinas y un 37% de los baños examinados no
superarían los estándares de limpieza y desinfección recomendables para
mantener bajo control la propagación de estos agentes contaminantes.
La concentración significativamente alta de dichos agentes contaminantes
en la cocina se debería no sólo al tránsito constante de los diferentes
miembros de la familia y a la diversidad de los alimentos manipulados,
sino también a las prácticas deficientes de higiene en relación al ciclo
fecal-oral, lo cual constituye una fuente potencial de contaminación
microbiana.
Si bien pudo comprobarse que determinados agentes contaminantes como la
escherichia coli y la salmonela se encuentran no sólo en las carnes,
sino también en verduras, frutas y otros elementos presentes en las
cocinas de las casas, pudo comprobarse también que una solución
preparada con una cucharada de postre (3cm3) de lavandina en un litro de
agua puede eliminarlos de frutas y verduras, o al menos reducirlos
hasta niveles mínimos que no revisten peligrosidad.
En cuanto a los síntomas de toxi-infección alimentaria, los cuales
pueden presentarse en diferentes combinaciones e intensidades, los más
comunes son los cólicos abdominales (dolores intensos que se dan entre
el pecho y la ingle), la diarrea (que puede ser sanguinolenta), la
fiebre acompañada de escalofríos, el dolor de cabeza, las náuseas, los
vómitos y la aparición de una debilidad general que, en casos graves
como en el botulismo, puede desencadenar un paro respiratorio.
Los síntomas suelen comenzar entre las dos y las seis horas luego de la
ingesta del alimento contaminado, si bien el lapso de tiempo puede ser
mayor o menor dependiendo de la causa de la intoxicación. Ante su
aparición, se recomienda concurrir al médico, quien indicará un
tratamiento adecuado.
Los especialistas señalaron, a modo de conclusión, la necesidad de la
implementación en nuestro país de medidas higiénicas cada vez más
minuciosas en los procesos de producción, conservación, transporte y
manufactura de frutas y verduras, tanto a nivel industrial como
doméstico, colocando un énfasis especial en la importancia de un
estricto control del agua utilizada.
En el hogar, la mejor forma de prevenir la toxi-infección alimentaria es
a través de una adecuada manipulación y un correcto almacenamiento de
los alimentos, tanto antes como después de su preparación. Para ello, se
debe evitar que los alimentos que requieran ser almacenados en la
heladera o en el freezer pierdan la cadena de frío. Al momento de
ubicarlos dentro de la heladera, deben ser dispuestos de modo de dejar
separados entre sí los lácteos, los alimentos crudos, las frutas y
verduras (que deberán quedar en su cajón correspondiente), los huevos
(que deberán quedar dentro de un recipiente con tapa), y los alimentos
ya cocinados (también tapados y separados entre sí).
En cuanto a su preparación, ésta debe comenzar con el lavado adecuado de
las manos, evitando luego, mediante la limpieza y desinfección de las
superficies y de los utensilios a utilizar, la contaminación cruzada,
luego de lo cual debe efectuarse un lavado cuidadoso de frutas y
verduras. Al momento de la cocción se recomienda una temperatura mínima
de 70ºC para el interior de los alimentos. Por último, el agua para
consumo debe ser potable y, en caso de no estar comprobada esta cualidad
fehacientemente, se la debe poner a hervir durante al menos diez
minutos.
Fuente: www.lanacion.com.ar
Etiquetas:
intoxicación Alimentaria